martes, 2 de marzo de 2010

Seminario IV


¡Y yo que pensaba que nos íbamos a dar patadas y puñetazos para liberarnos de la agresividad interna! Esa es la idea que abrumaba mi cabeza en cuanto a artes marciales se refiere y la realidad que me he encontrado en el seminario es otra distinta. La verdad que el seminario de original ha tenido mucho, tan original me ha parecido que he tardado dos horas en ser capaz de relacionar la asignatura y nuestro futuro desempeño profesional con las técnicas del budo. Sí, budo. La primera vez en mi vida que escucho esta palabra y para mi sorpresa, se define, como una vía de realización para ir más allá del conflicto. El seminario ha ido en esa línea, en la resolución de los conflictos más allá de la violencia que los caracteriza, teniendo siempre presente que la violencia no es una solución pero la huida tampoco lo es, por lo tanto hay que saber enfrentarse a a los conflictos pero de forma no violenta.

De manera personal, tengo que decir, que me ha parecido mucha más rica la práctica que la teoría. La teoría con tanto concepto chino, japonés... hacía que me perdiera del hilo de la clase por lo que comentaba más arriba, no le encontraba relación a la asignatura, pero es en la práctica cuando se la terminé por encontrar. Hemos realizado técnicas en las que manteníamos un contacto directo con el compañero y en las que he podido darme cuenta de cuan poderosa es la inconsciencia. Una de las técnicas utilizadas era acercarte al compañero empujando progresivamente sobre sus manos. Éste tenía que mantener el eje de su cuerpo recto sin que mi presencia cercana a su cara le inquietara y la retirarla. Con esto quería demostrar que el mirar a los ojos al usuario es necesario y la sensación de que descarga sobre ti sus problemas y tu eje se mantiene en equilibrio es positiva para la persona que te solicita ayuda.

Otro aspecto que quisiese señalar es la necesidad de "desaprender", de saber eliminar los estereotipos y prejuicios, como es el caso del karate. Creo que la mayoría de nosotros desconocíamos que el karate tuviera este otro trasfondo y es por ello que hemos pensado que los que venían a darnos el seminario serían personas fuertes y con cierto carácter violento, pero no ha sido así. Nos hemos encontrado con cinco personas que nos han querido demostrar la otra parte de las artes marciales y ver que a través de ellas se puede sensibilizar y concienciar.

Ha sido de manera general un seminario positivo en el que hemos aprendido diversas técnicas a través de las que podemos llegar a sentir nuestro yo interior y sobre todo el manifestar de manera física acciones tan simple como saber escuchar y ser escuchado.



Irene

2 comentarios:

  1. Me alegro de que te haya resultado útil y provechoso. Yo, por mi parte, lamento habérmelo perdido. Buena entrada. Jose

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  2. ¡Un día en un rato si quieres te lo enseñamos en clase! ¡Nos hemos quedado con la copla y te la podemos enseñar!

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