martes, 1 de junio de 2010

Sesión XXIII

El curso parece estar llegando a su fin y estamos asistiendo a las últimas exposiciones. En este caso el turno ha sido para Salud Mental y Personas sin Hogar. La primera de ellas será tratada en esta entrada y la segunda haré mención a ella en otra junto con el seminario al que asistimos la semana pasada,ya que aún no he subido la entrada.

Pues bien, la Salud Mental me atrevo a decir que es el tema más amplio, que en cuanto a intervención, nos podemos encontrar. Diferenciar entre trastornos neuróticos, psicóticos y de personalidad sería un paso previo y necesario antes de adentrarnos en este mundo que tanto tiene que conocer y tan abstracto es al mismo tiempo. Me ha parecido una buena opción la tomada por los compañeros de centrarse en los trastornos alimenticios, para delimitar y centrarse en un tema concreto. Dentro de este tipo de trastorno, además de la anorexia y la bulimia, he tenido la oportunidad de conocer otros tipos como la permanexia y ortorexia, y es que detrás de la bulimina y la anorexia hay algo más y puedo decir que hoy he tenido el placer de conocerlo. De manera práctica y clara se nos ha adentrado a los trastornos alimenticios y a la ausencia de la figura del educador social en la intervención con este colectivo. Un aspecto que realmente me ha llamado la atención de este tema es la poca valoración que se le da a este tipo de trastornos, es decir, poca importancia. Y no me he percatado antes de ello porque quizás yo era una de esas personas que no le daba esa importancia que requiere, parece que diciéndole a una persona anorexica que coma, le vamos a solucionar la vida, y lo cierto de todo esto es que hay una enfermedad detrás, un trastorno de percepción del propio cuerpo, en el que el físico se convierte en el verdadero enemigo de la persona. Creo que el motivo de esa poca importancia otorgada se puede deber a la generalización de este trastorno en la sociedad que vivimos siendo cada vez más frecuente en los jóvenes y sobre todo en las mujeres. ¿Para que nos vamos a engañar? Son las mujeres las más vulnerables a este tipo de trastorno, sobre todo por la idealización del cuerpo femenino que encontramos en los medios de comunicación.

Entre los recursos, especialmente llamativos, son las páginas web creadas en defensa y apoyo de la bulimia y anorexia, dando pautas para saber cómo adelgazar de manera más rápida y sin que tus padres se enteren...realmente nos encontramos ante una enfermedad. Para este tipo de recursos interactivos si estoy de acuerdo que se controlen la expresión en internet incluso cerrando blog como el pro-ana o pro-mía. Fomentan un tipo de conducta que realmente es peligrosa para las personas que la llevan a cabo, incluso llegando a provocarle la muerte.

Para intervenir con las personas que padecen este trastorno hemos de tener muy presente a la familia. Trabajar la "Emoción Expresada" será unos de los objetivos primordiales dentro del trabajo familiar. Evitar la sobreprotección, los sentimientos hostilidad y crítica a la persona es de vital importancia para una pronta recuperación de la persona afecta. Para esta recuperación hemos de tener presente dos aspectos: se tiene que dar tanto la recuperación física como psicológica, y quizás sea esta última la que incida en mayor medida en la primera. Es por ello que el papel del trabajador, educador o psicológico es necesario para la intervención con estas personas, no nos podemos limitar a una atención ambulatoria tal y como nos exponían los miembros del grupo que habían visto en el Hospital Macarena. Con la atención ambulatoria no vamos a ningún lado y quizás todo esto ocurra porque no existe un marco legislativo que obligue a las instituciones sanitarias a cumplir una serie de requisitos para la óptima intervención con personas con trastornos alimenticios. Dentro del tratamiento no podemos obviar el carácter multidisciplinar que debe tener. Un solo profesional no se puede hacer cargo porque la persona anorexica puede manipularlo y utilizar el chantaje para conseguir no comer. Es necesario la presencia de un equipo formado por un médico endocrino, un psiquiatra, un psicólogo, trabajador social y educador social. Estos profesionales formarían para mí un buen equipo de trabajo, donde las competencias de cada uno se complementarían ofreciendo una intervención individual, grupal y familiar adecuada.

No puedo cerrar esta entrada sin hablar de la autoestima tan baja como consecuencia de la distorsión de la imagen... Creo que este vídeo lo explica y muestra muy bien y quiero compartirlo con vosotros.


Y ya para finalizar decir que he de dar la enhorabuena a este grupo ya que han dejado ver en la exposición un largo y duro recorrido en el trabajo teórico y a mi parecer han acertado. Han sabido abrirme los ojos hacia ciertos aspectos que ignoraba de este tema.

Irene

2 comentarios:

  1. ¡Gracias por tu enhorabuena y por tu atención en nuestra exposición, Irene! =)
    Me alegro, y estoy convencida de que mi grupo también, de que con ella te permitiésemos abrir los ojos en cosas que, a lo mejor hasta ahora desconocías. Eso es lo realmente satisfactorio después de (como tu bien has dicho...) un largo y duro recorrido durante este trabajo.
    ¡Un saludo! =D

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  2. Recalco lo dicho por anita, muchas gracias por tus felicitaciones, es muy satisfactorio ver que los esfuerzos son reconocidos, aunque vosotras tb sabeis lo que es eso. Gracias de nuevo y un besuco!!

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