sábado, 10 de octubre de 2009

Reflexión -Corto Pixar-


Corto de animación dirigido para niños pero con un gran transfondo.

Al principio es una oveja que tiene mucha seguridad en sí misma y cuya alegría hace contagiar bailando a todos los que a su alrededor se encuentran. Pero cierto día, esta oveja es esquilada y su maravillosa lana es perdida y pasa a convertirse en una oveja un tanto endeble y de color rosado del que todo el mundo se rie. Hasta que un día, un conejo que era muy sabio, le ayuda a ver la vida igual que antes aun no teniendo su lana y a ver el hecho de esquilarla como algo con alegría. ¿Cómo? SALTANDO.

Esta es la historia que a groso modo cuenta este corto de pixar en unos 5 minutos más o menos. Y es en él, donde apreciamos actitudes tan cotidianas como la exclusión social. Vemos como la oveja esquilada ya no es lo que era con su lana y todos los animales que eran contagiados por su baile, pasan a reirse de él, además de verse como las imagenes de sol pasan a ser de lluvia y nublado. Su vida se tronca en muy poco tiempo, y además de sentirse raro, diferente, los otros animales no le ayudan en ello. No tiene ganas de seguir bailando y siempre esta triste, hasta que el conejo le ayuda a apreciar la vida, su vida y ver lo diferente de su lana como algo normal.

Y es que esto ocurre en nuestra realidad. Si nos apartamos de la animación y nos vamos a nuestra sociedad, ¿vemos lo diferente como algo que no encaja entre nosotros?, ¿vemos lo raro y lo comentamos, incluso excluimos? Cuando vamos por la calle y observamos algo que no estamos acostumbrados a ver, miramos ¿verdad?, ¿criticamos?, ¿en algún momento pensamos en la otra persona?, ¿conocemos porque viste de determinada manera o porque no viste como los demás?. Estamos estereotipando, tenemos prejuicios y esto desemboca en exclusión social. Y es que la exclusión social, indirectamente, la creamos nosotros, la sociedad, creamos obstaculos por los que determinadas personas no pueden participar plenamente en la sociedad, ya sea por una cuestión o por otra. Finalmente, con esa exclusión hacemos que las personas estén como la oveja en el video, tristes, se encuentran aisladas de la sociedad, y es por ello que la figura del conejo es muy importante. Es él, el que anima a la oveja a ver la vida y a seguir como antes, y ¡saltar y saltar!. Debemos tener la mente abierta del conejo, y sobre todo nosotros, los educadores sociales.

Irene

2 comentarios:

  1. El blog va perfectamente Irene. En cuanto a la reflexión sobre el corto te has dejado un poco en el tintero el papel del "conejílope" aunque al final lo mencionas casi de pasada. De todas formas muy bien por lanzarte la primera al ruedo. Ten cuidado con las faltas de ortografía, que en tu caso son escasísimas, pero alguna hay. Y un favor, ¿puedes incluir mi correo en la configuración de tu blog?. Así cuando escribas una entrada nueva, me llegará al correo y podré verla inmediatamente y comentarla. Si sigues así no creo que tengas que lamentar nada en todo el año salvo el curro que vas a echar.

    ResponderEliminar